Concierto Arcade Fire, WiZink Center. Madrid 29/9/2022
El 21 de septiembre del año corriente, volvió a España uno de los grupos líderes del Indie Rock de los años 2000: Arcade Fire. Concretamente se pasaron por el WiZink Center de Madrid, siendo este el único concierto de la gira de presentación de ‘WE’ ofrecido en nuestro país.
El grupo ha estado en el foco de atención mediático, ya que hace poco más de un mes salía a la luz un artículo de la revista Pitchfork, en el que se daban a conocer diversos testimonios de supuestas víctimas de abuso sexual por parte del líder de la banda, Win Butler. Esta información pareció pasar desapercibida en el show de Madrid, pues no hubo pitidos, ni gritos, en su lugar hubieron vítores. Uno quiere pensar que todos, ese día, se estaban aferrando a la esperanza de que Butler sea declarado inocente por el sistema judicial.
Sucedió entonces, uno de los momentos únicos de la noche: una versión de ‘Spanish Bombs’ de The Clash que los más clásicos del público cantaron entera.
El ya mencionado frontman, Win Butler, salió algo más de media hora antes del inicio, a tocar un pequeño instrumento de percusión con la banda que abría para Arcade Fire, Boukman Eksperyans (sustituyendo a Feist, que abandonó la gira debido al tema de las acusaciones), en una canción que parecía no acabar, con bucles constantes pero de ritmo animado.
Los de Montreal comenzaron el show sobre las 21:25, tras más de 20 minutos de retraso y con el ‘Bolero’ de Ravel sonando justo momentos antes. Abrieron con el primer corte de su nuevo disco ‘Age Of Anxiety I’, los suaves acordes iniciales a piano cocinaban a fuego lento el tema hasta convertirse en una movida canción de dance pop. A continuación tocaron dos clásicos de su discografía, ‘Ready To Start’ y ‘Neighborhood #1 (Tunnels)’, cuyo icónico riff inicial sonaba mientras unas tenues luces azules aparecían y las siluetas de todos los miembros se recortaban contra el escenario.
Más tarde, Win subió al segundo escenario, que se encontraba en el centro del recinto, para darnos una espectacular imagen de él cantando “Afterlife” tumbado bajo una gran bola de espejos, a lo que siguió el juego de dos en “Reflektor” entre Chassagne y Butler.
Una de las nuevas canciones y que mejor le funcionó a la agrupación fue ‘Age Of Anxiety II (Rabbit Hole)’, en la que hicieron agacharse al público para inmediatamente hacerles saltar con el genial estribillo cantado por Régine Chassagne, mientras luces láser recorrían el edificio de punta a punta. Uno pensaría que después de aquel subidón general irían solo hacía abajo pero dieron paso a ‘The Lightning’, con una puesta en escena imponente y un sonido muy eléctrico.
Siguieron el concierto con su rock de estadio de pegadizas melodías y entregándose completamente al público, pese al mejorable trabajo de los técnicos de sonido. Continuaron sonando clásicos como ‘Rebellion (Lies)’ o ‘The Suburbs’ e incluyeron algún que otro tema menos popular como ‘Here Comes The Night Time’, que uno puede llegar a lamentar teniendo en cuenta que obviaron por completo ‘Neon Bible’.
Y entonces llegó uno de esos momentos clave en todos los conciertos de Arcade Fire. La bailable ‘Sprawl II (Mountains Beyond Mountains)’ haciendo brillar a Chassagne, que acabó el tema en el segundo escenario con sus clásicos movimientos discotequeros, por supuesto con la bola de espejos reflejándose en todo el recinto.



‘Everything Now’ fue la canción que despidió a la banda por primera vez, y tan pronto como sonaron las primeras notas un grito de emoción conjunto de miles de personas apareció repentinamente en la sala.
Abandonaron entre vítores y reprodujeron ‘Photograph’, perteneciente a la banda sonora de la pèlícula ‘Her’ (Spike Jonze, 2013), uno de los grandes trabajos olvidados de la banda, mientras esperaban para salir al bis. Este se realizó desde el segundo escenario, con los ocho músicos en unos pocos metros cuadrados, aumentando la atmósfera de proximidad.
Se hizo el silencio para la vuelta con las reminiscentes (de Lennon) ‘End Of The Empire I-III’ y ‘End Of The Empire IV (Sagittarius A*)’.
Sucedió entonces, uno de los momentos únicos de la noche: una versión de ‘Spanish Bombs’ de The Clash que los más clásicos del público cantaron entera.
Para cerrar definitivamente el set tocaron el que posiblemente sea su mayor clásico, ‘Wake Up’. Escuchar este tema en vivo es una de esas experiencias que por mucho que trates de explicar solo se entiende si se vive en directo. Richard Reed Parry abandona la guitarra para marcar la percusión de un tema siendo cantado por miles de personas. Por 5 minutos, no existen preocupaciones en las vidas de aquellos encandilados por la magia de los canadienses.


Acaba el concierto y la banda abandona el escenario lentamente mientras el público canta aún esa pegadiza parte sin letra de ‘Wake Up’. La melodía quedará estancada en la cabeza de todos al menos hasta que se metan en la cama para descansar tras tan genial noche.
One Comment
Guapísimo el artículo, no tenía ni idea de que le habían acusado de abusos sexuales a su frontman. Hace pensar sobre cómo puede llegar la gente a parecer de una manera y luego ser de otra muy diferente
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