Crónica Azkena Rock Festival 2022, Vitoria-Gasteiz. Parte 1 de 3
Este fin de semana pasado, entre el jueves 16 y el sábado 18 de junio, se desarrollaba el festival más rockero de la Península, en la preciosa capital alavesa, Gasteiz: el Azkena Rock Festival 2022.
Prudence y Prudente teníamos comprados los bonos con camping desde antes de la pandemia, viendo cómo se estiraba la situación y caían del cartel Iggy Pop, Brian Wilson, Reverend Horton Heat o L7. Ha sido un fin de semana duro, por la ola de calor, pero maravilloso, por la música que tanto amamos, para 48000 personas como nosotr@s. Valió la pena la larga espera.
Tras un viaje en nuestro ‘Polito’ blanco por regiones abrasadas por una ola de calor atípica, escuchando Crosby, Stills, Nash and Young y Eagles Of Death Metal, llegamos a Gasteiz y buscamos dónde aparcar (ardua tarea) y el camping. Hace 40 grados y un sol de justicia, plantamos la tienda sudando como un metalúrgico y suenan en el festi ‘Dirty Honey, Morgan Wade’ y ‘Hiss Golden Messenger’.
Nos vamos asentando y descansando mientras suenan los Morgan. No es una banda que hayamos seguido mucho, quizás nos faltó darles más bola, pero lo cierto es que no llamaron demasiado nuestra atención. Aun así, no sería justo achacárselo a la banda, si no quizás a nuestros gustos personales, y, sobre todo, al agotamiento con el que habíamos llegado a la explanada de los escenarios. Primera necesidad: hidratarnos con agua y repostar con cerveza.
Uno de los momentos más esperados del festi por cualquiera que fuera adolescente hace 25-30 años llegaba en breve.
Los californianos The Offspring aparecen en el escenario God liderados como siempre por Dexter Holland, concentrando la atención de todo el público asistente al festival. Abren con ‘Staring At The Sun’, ‘Come Out And Play’ y ‘Want You Bad’. Maravilloso como siguen insuflando energía punk rock un tema tras otro.

con homenaje al desaparecido Mark Lanagan ( Screaming Trees, Queens of the Stone Age)
Ha sido un fin de semana duro, por la ola de calor, pero maravilloso, por la música que tanto amamos, para 48000 personas como nosotr@s. Valió la pena la larga espera.
Los noventa habían regresado y la audiencia lo agradecía, el calor daba una tregua y sí: se hicieron todas las míticas. A mitad del bolo tocan la abrasadora ‘Bad Habit’, seguida de ‘Gotta Get Away’ y el público superfeliz.
El divertidísimo guitarra Noodles comienza su show desde el principio con comentarios, bromas y un momento brutal en que parodia cantando a Freddy Mercury buscando la respuesta del público: cambia como punki de pro el” Eeeeeo! Eeeee-ee-o!” por “Fuck youuuu!”. El público entregado.
Llega un momento crítico, con una bastante típica metedura de pata en músicos yanquis no acostumbrados a la diversidad plurinacional europea, en que Noodles sufre una casi cariñosa reprimenda del público, cuando grita “Gracias, Vitoria; Gracias, España”, la mayoría de asistentes no están de acuerdo con él en ese punto. Una silbadita afectuosa y a volver a liarla, qué rápido le perdonaría cualquiera el patinazo a este carismático guitarrista cuando tocan un temón como ‘Self Esteem’ que electrifica a todo el público como una chispa. Con este pedazo de canción se despedían The Offspring .
Otra apisonadora californiana salían a continuación en el escenario Respect: Fu Manchu. La banda de stoner, con Scott Hill armado con una preciosa guitarra Ampeg transparente, empieza a saco desde el principio. Se atisban problemas de sonido, la voz y la batería suenan muy altos y las guitarras ácidas y potentes de la banda tienen dificultades para abrirse paso en un maelstrom de percusión.
Hubo una recepción algo fría por parte de una sección del público, pero la banda consiguió poner en pie a los fans auténticos de este grupo y de este sonido con sus grandes clásicos como ‘Evil Eye’, ‘Godzilla’ o ‘King Of The Road’. Prudente está deseando volver a verlos en alguna sala que suene bien.
El plato fuerte de la noche no se hacía esperar, encabezados por Olga, salen al escenario God los adorados Toy Dolls. Decir que fueron la fiesta es quedarse muy corto para describir la catarsis y la comunión que se produjo desde el principio y la espiral iría en aumento hasta que explotara. Unos gigantes del escenario en su última encarnación, la más consolidada.
Guitarras de dos mástiles, puesta en escena atlética saltando y siguiendo coreografías milimétricas, un Olga inspiradísimo, joven para su edad y saludando en euskera “Kaixo! Eskerrik Asko! Gabon!…” Lo más sencillo es explicar que fue la tralla.
Arrasaron entre la multitud con himnos como ‘Dig That Groove, Baby’, ‘She Goes To Finos’, ‘Alec’s Gone’, ‘Glenda And The Test Tube Baby…’ y casi desgañitados de gritar “Victoryyy” llegaron al clímax con, cómo no, ‘Nelly The Ellephant’, creándose un pogo respetuoso pero brutalmente divertido muy del estilo de los Toy Dolls. Prudence da fe que Prudente perdió la chaveta cuando tocaron esa versión tan mítica de Bach en re menor: hicieron la Tocatta -con guitarra de dos mástiles y coreografía, obvio-. Y aún quedaba desempolvar una guitarra de tres mástiles… gracias por existir, Toy Dolls.
A dormir, sin falta de más, con una sonrisa en la cara y una carga de cerveza en el estómago que al día siguiente sufriríamos durante las primeras horas de día.
Una entrada a cargo de Prudence y Prudente
One Comment
Genial crònica de p&p
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