Como una muerta que vuelve a la vida después de 2 años de ser enterrada, la Doncella de Hierro nos muestra su legado en esta gira con el apéndice (vamos a pensar que sólo es eso), de un disco nuevo de este año de inspiración nipona: “Senjutsu”. Así nos retorna al espectáculo la banda insignia de lo que fue la NWOBHM (New Wave Of British Heavy Metal) de principios de la década de los 80s.
Como también estamos de homenaje (hace 30 años de los mejores Juegos Olímpicos de la historia), la organización nos “deleita” con recrear la parte final de la prueba de Maratón. ¿Pero qué es eso para seguidores de la Banda, si podemos vivirlo llevando una antorcha de celebración a modo de maceta de calimocho servida por mis otros 2 compis madrileños? ¡que se llaman Eduardo para mayor inri…😉! Igualmente hubo que hacer “Running wild” pues, había amenaza real de lluvia fuera y, tormenta dentro con unos Airbourne que calentaron al personal con gran despliegue de entrega, sudor y guitarras vamos, lo que se le pide a un telonero y que ellos saben cumplir a la perfección. Llegamos a meta para sus 3 últimas y comprobamos que son un acierto Sr. Smallwood.
Después unos Within Temptation que me aportaron poco, nada que objetar a su destreza musical, pero me los imagino más en otras latitudes con sus melodías de cuento nórdico, un reconocible sonido, un chequeo para reencontrarse con los sospechosos habituales en los conciertos y un “Stand my ground” para mantener posiciones visuales.
Y así con las suplicas a nuestro Doctor, Doctor para que nos de nuestras dosis de vivir y de amar el Heavy, se muestra las imágenes de Minkas para recordarnos que hay disco a presentar y el tema título se abre paso a medio ritmo, despliegue hímnico para empezar y que la audiencia levante puños sobre la batuta de Mr. Dickinson, el Leonardo Da Vinci del Rock que, como dice mi suministradora de placeres (también musicales) se recoge el pelo en un moño “geishopocholero”.
Digo esto con respeto y admiración, Eddie Samurai no me atraviese con su catana aunque critique que el diseño de escenario no se aprovecha del todo en visión lateral.
Seguimos con una “Stratego” que sube algo las revoluciones pero que su duración lastra en conexión con el público y, como broche final y esta sí que da el resto pues con “The Writting on the Wall” la peña corea que da gusto, fluidez que puedo ver en Bruce, en bailecitos Gers, en el jefe Harris y lo puedo oír en una de las mejores duplas históricas del Heavy…Mr. Dave Murray y Mr. Adrian Smith.
Como una muerta que vuelve a la vida después de 2 años de ser enterrada, la Doncella de Hierro nos muestra su legado en esta gira con el apéndice, de un disco nuevo de este año de inspiración nipona: “Senjutsu”
Paroncito para dejar Japón y entrar en paz mental con un decorado gótico que tan bien representa mi ciudad… y ahí nos viene un “Revelations” para que los gobernantes escuchen que la gente se une en deseos de esperanza y libertad, El Heavy es sólo ruido… ¡¡¡¡JA, JA, JA!!!!
Bruce Dickinson nos recuerda que somos familia, y que después de estos 2 malditos años, lo que nos ha mantenido juntos como Blood Brothers es que llegará este día dentro de un valiente mundo nuevo en que hay tantas cosas a cambiar. Hay que corearlo, pues SÍ, mientras Janick Gers saca sentimiento de 6 cuerdas entre una tregua de fina brisa.
Todo bien, pero yo creo que el momento de temas largos ya se había agotado y sabiendo y haciendo un cálculo si ahora caía uno más la cosa se enfriaría bastante, y se tocó un “Sign on the Cross” y sabiendo lo que podía quedar aparte es la que prescindiría claramente del set list. Hubiera tocado acelerar el ritmo y aquí un “Wasted Years” o un “Can I play” debían darle juego a la segunda parte de los 80s, el público lo hubiera agradecido y quizás Nico Mc Bryan también.
Ellos también saben que es el momento de atacar clásico a clásico y se nos viene un “Flight of Icarus” que marca una segunda mitad de concierto que con las excepciones que he comentado atrás es de casi antología. Ahora sí, el chato del Heavy redobla que da gusto y nos eleva como un águila sin miedo a quemarnos para redondear la valentía y Bruce dirige una coral de 50.000 almas que aúnan pasado y presente de la fe metálica, “Fear of the Dark” no suelo tener, pero la piel de gallina ante los coros del respetable… como pocas veces.
La tripleta que cimentó este género se interpreta a pulmón; no hay barrotes ni horca para la voz de Bruce, como no hay “Hallowed be thy name” sin ser seguida de esa intro que “The Number of the Beast” y esos 6, 6, 6 MUSICAZOS que lo siguen dando todo por una Iron Maiden ya que no se puede luchar contra ella, pues te atrapará desde el primer momento.
Descansito para reponer fuerzas, pues lo que se viene puede que te puede pasar por encima, ya que la vieja carga de la brigada ligera no se detiene y los integrantes de The Trooper: oficial Dickinson lucha a sable mientras el mariscal León británico Mr. Harris corre sin caballo por el escenario y, como buen jefe da la cara por su gente en primer puesto de batalla o bafle con la ilusión de un adolescente.
Dije que no más temas largos, que vayamos cara a barraca que se dice por aquí, bueno un “The Clansman” como última excepción para escuchar el sincronismo de los 3 hachas y que Bruce Dickinson (entre otras muchas cosas) reputado historiador nos invite con un: ¡¡¡Eh Catalunyaaaa!!! a gritar por la libertad; y que nadie se confunda, libertad seguido de “no podemos dejar que cojan más”, alegato anti-codicia para los de cualquier lugar (o así lo ve éste que escribe).
O si no, pues “Run to the Hills”, al galope del ritmo de Mr. Harris como 40 años atrás, quizás nuestros cabellos ya no estén tan al viento como un indio sioux, pero de verdad que los pelos del brazo sí que están como escarpias con el despliegue musical y 50.666 voces como una.
Esto se acaba, pero habrá que montarse en el avión para dar una pasadita al nazismo antes. Hay que correr, vivir para volar, volar para vivir y si, te lo cantan y tocan éstos “Aces High” no seré yo quien lo contradiga.
Una entrada a cargo de NED ROCKCINE
Gran crónica, te transporta a lo vivido en esa gran noche, con muchas ganas después de dos años de espera. Sorprendente la gran vuelta para acceder a la pista, eso si, nos permitió tomar un par de cervezas más antes de entrar y compartir ganas de concierto y risas con la gente. En cuanto al concierto, como bien has reflejado encontramos a faltar más temas, se nos hizo corto, como creo q a la mayoría.
Saludos.
Muchas gracias por tu comentario Néstor, soy Ned Rockcine, la verdad es k para los k los descubrimos en segunda hornada (85-89) se echó de menos algún tema representativo de esa época, por todo lo demás la doncella de hierro, de óxido nada de nada oiga…😜
No se puede contar mejor todo lo que pasó ese día, ni con más sentimiento metalero.
Toda una olimpiada de rock en el mejor escenario, te lo dice quién suministra calimotxo al articulista.
De parte de los madrileños y la conquense ánimo con esta web y sigue haciendo vivir a la gente el rock escrito con palabras.
Muchas gracias por tu comentario Eddie No Tavares, soy Ned Rockcine; contigo, tu torre gemela y la simpar Tati uno llega, vive y ve los conciertos en la mejor de las condiciones. Lo k unen dos colas de conciertos no lo separa 600km, esos sí que son colas de impacto…rockero.😜👏