El Final de la Carretera es el título de la gira de la banda que durante casi medio siglo se ha mantenido como la más caliente del planeta; un espectáculo que te hace entrar directo en su mundo de fantasía.
Y aquí estamos en el foro madrileño, cuando los acordes del ‘Rock & Roll’ de Led Zeppelin se interrumpen para que el mito baje a la tierra con sus plataformas y te eleven a su altura con un bombástico Detroit Rock City, que te gana a su causa desde el coreable fraseo que ideara Bob Ezrin. A ésto, le sucede la festividad hímnica de ‘Shout it Out Loud’ que tanto bien hace para hermanar audiencia con KISS.
Saben y aprenden de lo experimentado en estos últimos tiempos y por eso atacan seguidamente con una serie de dos canciones seguidas con el protagonismo vocal del Demon: Deuce (si tiene Gene que tomar los mandos que sea con su canción favorita) y ‘War Machine’, prescindible, repetitiva (la tocaron ya en su anterior gira) y con un mensaje que no llega, por muchos soldaditos que salgan en pantalla.
El niño estrella toma el relevo con ‘Heaven’s on Fire’, en el que se le ven las costuras humanas de un rockero de 70 castañas, solventando la papeleta con las dotes de magnifico frontman que lleva al público a hacer suyo el antológico estribillo. Le sigue una machacona ‘Say Yeah’, que cobra la cuota de canciones del siglo actual, tiempo para fijarte en ornamentos de la escenografía que son un deleite visual, mientras los sustitutos de Ace (Tommy) y Peter (Eric) proyectan la misma efectividad que falta de espontaneidad.
Es el momento para que este que escribe, rememore a aquel adolescente que recortaba el polo Lacoste en los 80’s mientras, prendado de los peligros rocanroleros que salían de un televisor en una cena familiar, suena la potente ‘I Love It Loud’. Stanley se deja la voz y grita “Yeah!” atronadoramente; nos gusta y queremos escucharlo lo más fuerte posible.
Y aquí estamos en el foro madrileño, cuando los acordes del Rock & Roll de Led Zeppelin se interrumpen para que el mito baje a la tierra con sus plataformas y te eleven a su altura con un bombástico ‘Detroit Rock City’
Pasamos a tomar un jarabe de ‘Cold Gin’ de un terrestre Tommy Thayer que baja las pulsaciones por mucho petardo que se dispare. Por fortuna la sangre nos llega a lo más alto de nuevo con Paul proclamando que hay que lamer la vida y toda la multitud del Wizink compra el mensaje: ‘Lick it Up…’ siempre que quieras, por supuesto. De remate asistimos a la presentación del ‘Calling Dr. Love’ en un ejercicio de ego (porque él lo vale) de un Simmons que se esmera en que sepamos el porqué de su título y si no llamemos para preguntar. Parece que hemos llegado al límite de lo políticamente no correcto con ‘Tears Are Falling’, porque sería el momento de, cuanto menos, disfrutar de uno de los temazos del álbum Revenge y…. ¡NO!
Se nos vienen 4 ases de una tacada:
El mejor momento de Tommy Thayer en el show durante ‘Psycho Circus’ pues, aquí sí su Les Paul sacó ultra espaciales chispas con un solo de As de Picas. Le sigue el esperado vuelo del ‘God Of Thunder’, un número que no me cansaría de ver ni en 100.000 vidas y que encima tenemos la suerte de ver mejorado con la icónica imagen ensangrentada de la bestia en todas las plataformas con pantalla del escenario. El As de Corazones para un ‘Love Gun’ que nos atraviesa como una bala en una pasarela de emociones y un ‘I Was Made For Loving You’ que pone a menear caderas a un pabellón entregado. El As de Diamantes para un sencillo pero ameno sólo de batería acompañado de la chulería de un gato callejero neoyorquino y setentero con un Black Diamond de cascabel. Nuestro gato se nos pone sensible, aunque yo siempre prefiera cantar ‘Beth’ entre cubos de basura que sentado al piano; los móviles encendidos como estrellitas tienen su aquel, raspas, ¡lo admito!
Para chequear que aún no estamos destrozados, Paul nos devuelve al 76 con la sempiterna pregunta a un Rock Star: ‘Do You Love Me?’. Como si tuviéramos alguna duda cuando nos colocas donde más nos gusta, justo en medio de una Rock & Roll Nite en que el paroxismo aterriza en nuestras cabezas, con esta celebración de abrazos y bailes entre la seguridad de saber que nuestra música ha vuelto a vencer.
Demos gracias al dios que cada uno crea más conveniente pues estos casi 50 años de Rock & Roll, hecho con magia e ilusión, después de estos dos últimos años, hemos podido maquillar la situación con esta grandísima gira de ¿despedida?.
Creo que se me ha metido algo en el ojo.
Una entrada a cargo de NED ROCKCINE
Conciertazo! Leer la crónica ha sido como estar frente a ese escenario y repasar ese Greatest Hits
Gracias por tu comentario; soy Ned Rockcine…la verdad es k para un barcelonés como yo, KISS convirtió la puerta de ALCALA en el Arco del Triunfo del Rock & Roll…me alegro de acercarte con lo escrito y fotografiado a una de las bandas que mejor representaron nuestra música durante 50 años.
Pedazo cronica….muy buen gusto,criterio y sentimiento. Lo disfrutaste y lo haces disfrutar…I love it loud
Hola Vicenç, Soy Ned Rockcine…gracias por tu comentario…sobretodo viniendo de quién estuvo al pie del cañón de la radio dando difusión a esta música que nos hace disfrutar tanto.